Los 7 Errores más Comunes en el Entrenamiento de Verano
Los 7 Errores más Comunes en el Entrenamiento de Verano
No beber líquidos hasta tener sed
La hidratación es una necesidad súper importante, no es ninguna novedad. Sin embargo, muchos deportistas sólo ingieren líquidos cuando sienten sed.
Ejercitarse con el sol del verano significa que nuestro cuerpo está utilizando agua para regular su temperatura. Al entrar en estado de deshidratación, la fatiga se instala y nuestro rendimiento tiene una ruptura, es precisamente por esa misma razón que se tiene que ir bebiendo a lo largo del entrenamiento, con o sin ganas de hacerlo.
Lo que sucede en muchos casos, es que antes de tener sed, ya entramos en los primeros estados de deshidratación, que a pesar de no ser peligrosos causan malestar y perjudican el nivel de desempeño.
Como se mencionó en el artículo de la Hidratación, ingiere líquidos cada 10/15 minutos de entrenamiento, especialmente si se trata de un entrenamiento largo.
No colocar protector solar
Aunque parezca parcialmente nublado al aire libre, el sol de verano no deja de ser intenso. Antes de entrenar al aire libre, aplica un protector solar a prueba de sudor de factor 30 o más y reaplica cada dos horas para ejercicios moderados, o cada 45 a 60 minutos durante ejercicios intensos. Sabemos que el tono bronceado del verano es muy importante, pero piensa primero en tu salud.
Mira el horario de los entrenamiento
Cuando se trata de entrenar al aire libre, recuerde que las temperaturas de verano comienzan a subir al principio del día. Evita entrenar al aire libre entre las 11h y las 17h. que es generalmente el período de más calor. Se entrena por la mañana temprano o espera al final de la tarde / temprano de noche. Si no tienes otra opción que no entrenar en las horas más cálidas, opta por lugares o recorridos resguardados del sol.
No bajar el ritmo de entrenamiento
La reacción de cada persona al calor es diferente, pero un estudio de 2007 ha descubierto que la frecuencia cardíaca aumenta a temperaturas superiores a 18,3 grados – y aún más si el aire está húmedo, lo que hace que el entrenamiento sea más difícil. Si no disminuyes el ritmo para adaptar tu cuerpo al estrés adicional del calor, estas sometiendo tu cuerpo a niveles de esfuerzo significativamente mayores, que hace que quemes tus recursos energéticos en un abrir y cerrar de ojos.
No utilizar la indumentaria adecuada
Las prendas de vestir a la piel o las partes 100% poliéster no son las mejores opciones para entrenar al aire libre durante el verano. En lugar de eso, opta por ropa más ancha y ligera. Apunta a mezclas de algodón o por sintéticos transpirables que absorben el sudor y los mantienen “frescos” durante el entrenamiento
Los electrólitos !!!!
Altas temperaturas, más sudor, más pérdida de electrolitos (sales minerales esenciales). Hidratarte con sólo agua, a altas temperaturas acaba por no ser suficiente. En estos casos debes hidratarte con más que solo agua. Utiliza bebidas que tienen los minerales perdidos en el sudor (sodio, potasio, magnesio, calcio y cloruro).
La falta de cualquiera de estos electrólitos puede afectar al rendimiento, así como provocar malestar durante el entrenamiento (los calambres son el más común a ocurrir).
Ir al límite constantemente
Comenzar a entrenar de forma intensa al aire libre con elevadas temperaturas es un error muy común que varias personas cometen, especialmente los principiantes. Sí, queremos estar con un aspecto saludable para las vacaciones, pero eso nos puede costar caro.
Abusar del entrenamiento físico con calor es la manera más fácil de agotar nuestro cuerpo, alcanzar el burnout e interrumpir nuestra jornada de acondicionamiento físico. Presta siempre atención a las señales que tu cuerpo te da. Si te sientes aturdido, débil o mareado, oye tu cuerpo y para.
¡Recuerda! Cuerpo sólo tenemos uno, más vale preservarlo de la mejor manera posible!
¡Disfruta de tus entrenamiento!